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¿Qué es la adicción?

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La adicción

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción una enfermedad física, mental, emocional y espiritual.

 

En la enfermedad de la adicción, el abuso de sustancias o comportamientos compulsivos modifica la estructura y el funcionamiento del cerebro. Las características son:

  • Primaria: No es consecuencia de otras enfermedades.

  • Crónica: Se mantiene en el tiempo.

  • Progresiva: Causa cambios físicos, emocionales y sociales acumulativos y que aumentan mientras el abuso continúa.

  • Mortal: En ocasiones, tiene consecuencias fatales para el propio enfermo y para las personas de su entorno.

La adicción destruye no solo la vida de los que la padecen sino también la de sus seres queridos. Nuestro cálculo es que cada adicto afecta a por lo menos tres vidas más, ya sea la de los padres, novio/a, esposo/a, hermanos, hijo/s, amigo/s, compañero/s de trabajo o jefe, entre otros. 

La enfermedad física consiste en que al cabo de un tiempo se desarrolla una “alergia”. Esta “alergia” provoca que el adicto cuando consume no pueda dejar de hacerlo y se le desarrolle lo que llamamos compulsión.

Mucha gente sufre hoy en día de alergias al marisco, al trigo, a la leche y otras muchas, pero aquí está la diferencia y el problema, mientras que una persona alérgica al marisco no volverá nunca a tomarlo y mucho menos al día siguiente, el adicto lo consumirá sin importarle las consecuencias de perdida de trabajo, familia, dinero y hasta la vida; ésta es la enfermedad mental. De tal manera que en la adicción está afectada tanto la parte: la parte física que crea alergia, la compulsión, como la mental que hace que se repita el proceso, la obsesión.

La adicción se caracteriza por episodios de descontrol y por distorsiones del pensamiento, en especial, la negación de padecer la enfermedad y sus consecuencias.

 

ACCIÓN: LA REALIDAD

  1. La adicción puede llevar a una muerte prematura.

  2. Es la consecuencia y la causa de otros problemas físicos y mentales.

  3. Tiene un impacto perjudicial en la química neuronal del cerebro.

  4. Suele manifestarse con otros trastornos.

  5. Termina por destruir al individuo, a las familias y a las comunidades.

  6. Afecta a todo tipo de culturas, clases sociales y orígenes étnicos.

  7. Es muy difícil que uno mismo se recupere solo de la adicción.

 PERO…

La recuperación es posible. Aquellos que han estado a punto de quedar destruidos por la adicción han sido capaces de encontrar un camino hacia una nueva vida con un correcto tratamiento de adiccionesVer testimonios de recuperación.

Tratamiento y recuperación

Con un tratamiento adecuado, el proceso degenerativo y destructivo que sufren los pacientes y sus familiares durante la adicción se puede parar. El adicto y su entorno familiar pueden iniciar su proceso de recuperación para facilitar al adicto dejar de consumir, poder vivir sin sus drogas de elección (sustancias o comportamientos) y mejorar la calidad de vida de los afectados.

Entendiendo la adicción

La adicción es el resultado del intento de una persona de autogestionar sus sentimientos o sus vivencias personales mediante el uso de sustancias o de comportamientos.

De hecho, se llega a la adicción por una necesidad inmediata de sentir algo diferente a lo que normalmente sienten. Las personas que consumen drogas o tienen conductas compulsivas lo hacen para relajarse, evadirse o estimularse, entre otros motivos. El hecho de que al principio sea muy efectivo para modificar el estado de ánimo, la percepción y las vivencias, hace que las personas sientan el impulso de repetir la experiencia.   

Una de señal clara de la adicción es cuando el consumo de drogas o las conductas compulsivas se convierten en un acto repetitivo.

Si bien al comienzo la persona siente que tiene el control sobre las sustancias que consume o sus comportamientos, a medida que la relación se intensifica, el comportamiento se perpetúa. Como consecuencia, la adicción toma el control. A medida que ésta gana fuerza, las funciones del cerebro se van adaptando, lo cual explica en parte por qué resulta tan complicado dejar de consumir.

Independientemente de cómo comenzó la adicción, llega un momento en el que el consumo de la persona continúa, simplemente porque se ha enganchado. Realmente es como un círculo vicioso. El ansia por evitar las sensaciones tan incómodas derivadas de no consumir (o del síndrome de abstinencia), les impulsa a continuar consumiendo. Se enzarzan en una lucha inútil y desesperada por controlar la adicción.

A medida que la adicción se apodera de su cuerpo, mente y alma, las dañinas consecuencias hacia uno mismo y hacia otros, como sus propios familiares, se multiplican y se intensifican. A pesar de ello, las personas tienen enormes dificultades para enfrentarse a ello y para parar. Aun teniendo todavía capacidad para ello, no son capaces de tomar una decisión y mantenerla. 

Una de las características que define la adicción es que perdura pese a la creciente evidencia del daño que provoca. Esto incluye el riesgo real de morir. De hecho, inherente a la adicción es el autoengaño del que la padece, creyendo que las cosas no están tan mal como realmente lo están.

No obstante, la recuperación es siempre posible. Es importante animar a los adictos a reconocer que hay ayuda disponible para ellos y ayudarles a que accedan a esa ayuda.

Desarrollo de la adicción

El proceso más habitual de desarrollo de la adicción pasa por cuatro fases consecutivas:

Experimentación  →  Uso  →  Abuso  →  Dependencia

Así, la persona empieza usando drogas o comportamientos como medio para evadirse o “estar bien”. Progresivamente, va necesitando la misma rutina o droga para “estar normal” hasta que su abuso llega a permitirle “estar normal” cada vez menos tiempo.

La adicción es, además, una enfermedad que afecta a la persona en varios aspectos a la vez:

  • Física: Reacción en forma de compulsión que produce el contacto con la sustancia.

  • Mental: Obsesión con la sustancia y distorsión de la percepción de la realidad.

  • Emocional: Dificultad para sentir moderadamente y regular las emociones. Hipersensibilidad o bloqueo.

  • Espiritual: Desconexión de un mismo de otros y de lo trascendente. Se define, según estudios recientes, como una discapacidad de contacto y conexión, con uno mismo y con los demás.

Estadísticas

EXISTEN DATOS OBJETIVOS, EN FORMA DE ESTADÍSTICAS QUE ILUSTRAN EMPÍRICAMENTE EL EFECTO REAL DE LA ADICCIÓN EN LA POBLACIÓN.

El Informe 2015 del Observatorio Español de las Drogas y las Toxicomanías, muestra que el inicio del consumo de la mayor parte de las sustancias comienza antes de los 24 años:

  • 16 años/tabaco y alcohol

  • 18 años/cannabis

  • 19 años/inhalantes volátiles

  •  20 años/anfetaminas y alucinógenos

  •  21 años/éxtasis, cocaína en polvo y heroína

  •  23 años/cocaína base

Estas estadísticas muestran un perfil similar en las diferentes regiones autonómicas.

Una de las mejores opciones para los individuos que sufren problemas con el consumo de alcohol y otras sustancias son los esquemas de tratamiento de adicciones basados en el Modelo Minnesota de 12 pasos. 

Una reciente revisión de cinco bases de datos nacionales (con una muestra de 1582 individuos) encontró asociaciones positivas entre la asistencia a grupos de AA y la cantidad de días de abstinencia. El  77% de los participantes se mantenía abstinente a los 3 meses y el 74% a los 15 meses.

Un seguimiento (>5 años) de jóvenes que recibieron tratamiento de adicciones con el Modelo Minnesota reveló que mostraron tasas significativamente menores de consumo y de grado de trastorno que el grupo de control.

En este sentido, otro estudio realizado con más de 9.000 participantes reveló que las personas que participan en grupos de ayuda mutua creen que la total abstinencia de drogas y alcohol es fundamental en su concepto de recuperación.

Por último, este modelo ha resultado muy efectivo en el tratamiento de adicciones de comportamiento. Un estudio reveló una mejoría notable en la mitad de los pacientes a los 6 meses de finalizar tratamiento. Además, cerca del 30% se mantenían abstinentes.

Consecuencias

Los efectos de cada droga y/o comportamiento son diferentes y su potencial adictivo también.

Los comportamientos de un adicto en activo pueden variar y las consecuencias de sus comportamientos también. La enfermedad sin embargo, tiene una base de comportamientos comunes que las personas adictas comparten.

Todas las manifestaciones de la adicción tienen consecuencias destructivas en la vida de las personas. El trabajo se vuelve desagradable o intolerable. Esto sucede porque este no refuerza el circuito del placer cerebral en igual impacto que la adicción.

A partir de ahí, las drogas o los comportamientos adictivos se convierten en necesarias para que el consumidor pueda sentirse mínimamente “normal” y pueda funcionar en su vida diaria. La vida de un adicto consiste en consumir para vivir. En estados avanzados de la adicción activa, la funcionalidad se reduce al mínimo y el afectado acaba con sentimiento de soledad, vergüenza, deseos de morir o en lugares como hospitales o prisión.

Según nuestra experiencia, la incapacidad de la persona para vivir relaciones sanas con los demás y gestionar de modo saludable sus propios sentimientos está en la esencia de la adicción.

 Por esta razón, la adicción se traslada a la familia de manera exponencial. Cada adicto afecta de media al menos a tres de sus familiares, cambiando la relación que existe entre ellos con diversas actitudes y emociones negativas. Los familiares comparten estas emociones con el adicto e impiden, según cada caso, su recuperación:

Emociones del Adicto vs. Familiar/Amigo →

Además, los familiares pueden llegar a tener a su vez problemas en su propia vida (trabajo, relaciones, obsesión, etc.)

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