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Trastornos de la personalidad y adicciones: qué relación tienen

Actualizado: 14 abr 2023

Los trastornos de la personalidad pueden definirse como patrones duraderos de experiencia y comportamiento internos, que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo. Tienen su inicio en la adolescencia o en la adultez temprana, son estables a lo largo del tiempo y conducen al malestar emocional o al deterioro de la persona que lo padece. Esto nos lleva a indagar acerca de los trastornos de la personalidad y adicciones: qué relación tienen.

Es probable que sea el diagnóstico psiquiátrico más frecuente. Las personas que padecen un trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones en diferentes esferas como la cognición, la emotividad, el funcionamiento interpersonal o el control de impulsos. Uno de los principales problemas es que estos comportamientos son percibidos como adecuados por aquel que lo padece, pues se encuentran en sintonía con toda la estructura del Yo.


Clasificación de los trastornos de personalidad


De forma general se dividen en tres grandes grupos. En el grupo A se clasifican los raros o excéntricos (trastornos: paranoide, esquizoide y esquizotípico). Por su parte, en el grupo B los dramáticos, emocionales o erráticos (trastornos: antisocial, límite, histriónico y narcisista). Por último, en el grupo C se encuentran los ansiosos o temerosos (trastornos: evitador, dependiente y obsesivo-compulsivo).

No me detendré a explicar en qué consisten cada uno pues no me alcanzaría todo el espacio de este post para introducir siquiera uno. El lector puede encontrar la información básica sobre los mismos en la Wikipedia o con una simple búsqueda en Google.


En este post me detendré en los dos trastornos de la personalidad que con mayor frecuencia se relacionan con el consumo de sustancias, pues la prevalencia es alta. En las personas con un trastorno de la personalidad, el riesgo de un trastorno por consumo de sustancias comórbido se multiplica por cinco para los trastornos por consumo de alcohol y por doce para el trastorno por consumo de drogas.

También abordaré cómo se relacionan con las adicciones comportamentales y algunos comportamientos con potencial adictivo. Propongo que comencemos analizando el grupo que mayor relación muestra con el consumo de sustancias.


Dramáticos, emocionales o erráticos prefieren las drogas ilegales


Puede decirse que es en este grupo B donde se encuentran la mayor relación con el consumo de sustancias (casi la mitad de los pacientes que desarrollan una adicción). Específicamente hago referencia al diagnóstico dual de dos trastornos de personalidad que con mayor frecuencia se observan entre los consumidores de sustancias.


Me refiero a los trastornos límite y antisocial de personalidad, respectivamente, donde se observa una elevada impulsividad y conductas agresivas. Un estudio encontró que el 13% de los adictos a sustancias también tenían un diagnóstico dual de límite y el 16% antisocial.


En el caso del trastorno antisocial de la personalidad, éste se caracteriza por un patrón de irrespeto y violación de los derechos de los otros. Por otra parte, en el caso del trastorno límite de la personalidad lo que prima es un patrón de inestabilidad e impulsividad, tanto en el área afectiva como en la interpersonal.

Una mención especial merece el caso del trastorno por consumo de cannabis, donde se encuentran un mayor número de personas con un trastorno esquizotípico de la personalidad. Por favor, no hagamos generalizaciones incorrectas. Ello no quiere decir que todas las personas que con criterios de abuso o dependencia de cannabis tengan un perfil esquizotípico.


El caso del alcohol es diferente, pues la gama de personas con un trastorno de la personalidad que pueden desarrollar esta adicción es mucho más amplia. Hay representantes de cada grupo. Del A encontramos al trastorno paranoide de personalidad, del B al límite y al narcisista y del C al obsesivo-compulsivo.


¿El huevo o la gallina?


El primer elemento diferencial es qué trastorno cuál desarrolla primero. Cuando el diagnóstico dual es un trastorno de la personalidad lo más frecuente es que éste sea el primero que se desarrolla dando paso más adelante al consumo, abuso y dependencia de sustancias.


Existen algunos factores comunes que predisponen a las personas del grupo B a desarrollar una adicción. Entre ellos se encuentra una elevada impulsividad y un pobre control de los impulsos, pero tampoco podemos olvidar el rol que juegan determinados traumas en las etapas más tempranas del desarrollo.


¿Por qué tienden estas personas al consumo de sustancias? Una hipótesis que goza de gran aceptación es la de la “automedicación” para la regulación de las emociones. No obstante, muchos más caminos conducen a Roma.


Si tuviera que establecer un perfil diferencial diría que las personas que padecen un trastorno de la personalidad comienzan a consumir a más temprana edad, tienen un mayor desajuste psicosocial y entran más jóvenes en tratamiento. En estos casos entrar con menor edad a un tratamiento no es garantía de éxito. Muchos de estos pacientes tienen un largo recorrido de entrada y salida de centros de recuperación.


¿Qué ocurre con las adicciones comportamentales?


Las adic

ciones comportamentales no siguen las mismas reglas del alcoholismo o las adicciones a otras sustancias, dado que lo que altera el comportamiento es un estímulo externo y no una droga. Comencemos por la más reconocida, que es la adicción al juego.


Un estudio llevado a cabo por la OMS en más de 30 países encontró que alrededor del 6% de los jugadores patológicos padecen algún tipo de trastorno de la personalidad. A diferencia de las adicciones a sustancias, también predominan los diagnósticos provenientes de los grupos A y C.


Por su parte, otro estudio que comparó personas con adicción a sustancias, juego patológico y controles sin adicción encontró que los ludópatas tenían un perfil de personalidad más similar al de los participantes control que a los adictos a sustancias. La única diferencia radicaba en mayores indicadores de impulsividad y neuroticismo en los jugadores patológicos.


Por otro lado, el mismo estudio también encontró mayores similitudes en cuanto a rasgos de personalidad entre los consumidores de sustancias y las personas con un comportamiento sexual compulsivo. Aunque parece un resultado sorprendente, podría estar explicado por la semejanza en la pobre conciencia del momento presente observada en ambos. Tampoco podemos pasar por alto que muchas personas que tienen un comportamiento sexual compulsivo también consumen alcohol o drogas, aun cuando no lleguen a desarrollar una adicción a sustancias.


Adicción a internet


Con respecto a la adicción a Internet, puede decirse que no existe un grupo de trastornos de la personalidad predominante dentro de las personas con adicción a Internet. Sin embargo, sí se observó que entre los chicos tienden a predominar los trastornos del grupo C. También se observó que los usuarios de peor pronóstico son aquellos cuyos trastornos de la personalidad se encuentran en el grupo B.


Aunque Internet tiene una mayor cantidad de usos, los estudios que han analizado gran parte de la relación de este problema con los trastornos de la personalidad se han enfocado en los videojuegos online. Específicamente aquellos en los que participan múltiples jugadores.


Por último, alrededor del 30% de las personas que presentan un patrón de adicción a las compras, también presentan un trastorno de la personalidad asociado. En este caso, el trastorno límite es el que más predomina. Suele verse con mayor frecuencia en mujeres y estar activado por eventos estresantes.


A modo de conclusión


Los trastornos de la personalidad pueden definirse como patrones duraderos de experiencia y comportamiento internos, que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo. Sin embargo, son percibidos como adecuados por aquel que lo padece.


Se dividen en tres grandes grupos: A) raros o excéntricos; B) dramáticos, emocionales o erráticos y C) ansiosos o temerosos.


Es en el grupo B donde se encuentran la mayor relación con el consumo de sustancias (casi la mitad de los pacientes que desarrollan una adicción). Dentro de este grupo el trastorno límite y el trastorno antisocial de personalidad son los que agrupan la mayor cantidad de adictos a sustancias.


Una notable excepción es el trastorno por consumo de cannabis, donde se encuentran un mayor número de personas con un trastorno esquizotípico de la personalidad.


El caso del alcohol es diferente. Del A encontramos al trastorno paranoide de personalidad, del B al límite y al narcisista y del C al obsesivo-compulsivo.

La presencia de los trastornos de personalidad dentro de las adicciones comportamentales es alta, pero varía en dependencia del comportamiento. Puede ir del 6% en la ludopatía hasta el 30% en el caso de la adicción a las compras.


Feliz semana

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