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Tabaquismo: un “asesino en serie” de 8 millones de personas cada año


El tabaquismo (adicción al tabaco) constituye un gran problema de salud con componentes, físicos, psicológicos y sociales. La nicotina, principal componente, es una de las drogas más adictivas que existe, junto con la heroína y la cocaína. Debo señalar que los primeros síntomas de adicción se comienzan a observar en días, o a escasas semanas del inicio del consumo en los adolescentes. El tabaquismo es considerado un “asesino en serie” de 8 millones de personas cada año.


La nicotina demora apenas 10 segundos en llegar al cerebro cuando se fuma. Produce diversos efectos sobre el sistema de recompensa que lleva a la persona a buscar una nueva dosis, y así sucesivamente. Estos efectos abarcan estimulación, euforia, placer, aumento de la concentración, unido a la disminución del estrés la ansiedad y el apetito.


Datos de la OMS

Según la nota del 29 de mayo de 2019, publicada por la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que enfrentar el mundo, pues mata a la mitad de sus consumidores. Se considera que existen en el mundo más de 1000 millones de fumadores.


El tabaquismo es el responsable de la muerte de 8 millones de personas cada año. De estas, 7 millones son fumadores y el resto son personas expuestas al humo del tabaco ajeno. El humo del tabaco es un producto muy dañino que contiene 4000 productos químicos, de los cuales se conoce que 250 son nocivos y 50 producen cáncer.


Otro dato relacionado es que la mitad de los niños respiran aire contaminado por el humo del tabaco en lugares públicos. De estos, 65 000 mueren cada año, debido a su inhalación involuntaria. Sobre este punto, recomendamos la lectura de un interesante artículo titulado “Tabaquismo pasivo en el niño”, publicado en EMC-Pediatría.


Aunque parezca que se gana cada día más conciencia, solamente el 20% de la población mundial está protegida por leyes que regulan los espacios sin humo.


El peso de la herencia en el tabaquismo

Desde hace dos décadas se ha establecido la contribución de los factores genéticos, individuales y familiares al desarrollo del tabaquismo. Un estudio publicado en Nicotine & Tobacco Research estableció que el inicio del consumo es un 60% atribuible a los factores genéticos y 20% a los familiares e individuales, respectivamente.


Otro estudio, publicado en abril de 2017 en la misma revista, sugiere que la influencia de los factores genéticos va ganando peso a medida que avanza la adolescencia. Si bien a los 13 años solo pueden explicar el 15% del inicio del consumo, sube al 45% a los 19 años.


Ello ofrece un marco de análisis para el establecimiento de estrategias de prevención del tabaquismo. Dado que la edad de inicio ronda los 14 años, el 70% de este primer consumo puede atribuirse a factores ambientales.


La ilusión de control del fumador: “Lo dejo cuando quiera”

Es una frase que he escuchado en innumerables ocasiones y muestra una gran negación e ilusión de control. Vencer el síndrome de abstinencia en el tabaquismo no resulta igual de sencillo, pues suele durar entre 8 y 12 semanas, siendo muy intenso durante el primer mes.


Para vencerlo, el individuo debe lidiar con las siguientes manifestaciones clínicas: ansiedad, disforia, falta de concentración, irritabilidad, impaciencia, insomnio e inquietud. Otro problema es que el inicio del craving o deseo irrefrenable de fumar suele aparecer a las 8 o 12 horas después del último cigarrillo.


En este sentido, se sugiere enfocar el manejo de la abstinencia y el craving desde dos enfoques: farmacológico y psicológico. La información precisa de los síntomas y su duración se considera un elemento medular.


Durante este tiempo, el apoyo farmacológico resulta de gran ayuda, pero extenderlo más allá como único recurso, suele llevar al fracaso. De hecho, una revisión publicada en Cochrane Library brinda soporte a la anterior afirmación. En misma se analiza la ratio de efectividad de recursos como chicles y parches de nicotina, así como otros medicamentos.


Consumo de tabaco en la adolescencia

Acaba de ser publicado en la revista Adicciones, un interesante análisis sobre las tendencias del consumo de tabaco en los adolescentes españoles de 15 a 18 años. El estudio analizó un período de tiempo que abarca desde 2002 hasta 2018 y la muestra superó los 50 mil adolescentes escolarizados.


Los resultados revelaron que el consumo diario de tabaco ha caído drásticamente de un 26.5% en 2002 hasta un 8.7% en 2018. Si bien este resultado es muy alentador, los autores señalan que sigue siendo superior a la de otros países europeos.

Desde una perspectiva de género, el descenso es mayor en las chicas que en los chicos, aunque debo señalar que el consumo en 2002 era mayor en las chicas, pues contrasta el 36,6% del consumo diario de las chicas de 17-18 años, con respecto al 25.2% de los chicos de la misma edad.


La pipa de agua

Las pipas de agua son muy populares en Oriente Medio y su uso va ganando popularidad entre los jóvenes de Europa y los Estados Unidos. El principal problema es la percepción de que es menos dañina dado que permite fumar tabaco con sabores. La prensa ha venido alertando sobre el establecimiento en España de esta peligrosa moda entre los jóvenes


Un estudio con casi 2000 estudiantes de enseñanza secundaria y media en la provincia de Las Palmas reveló que más del 70% piensan que fumar en pipa de agua es menos perjudicial y adictivo. Casi el 80% perciben que es aceptada por la sociedad y el 28% declaró que sus padres les permiten fumarla en casa. Los resultados de este estudio pueden ser consultados en la revista Enfermería Global.

Artículos de prensa, como los publicados en 2018 por el diario ABC o la BBC, advierten de los riesgos que tiene esta forma de consumo. Entre otros elementos a considerar, es la única forma de consumo que utiliza la quema de carbón y que, además, se fuma sin filtro. Otro problema es que el humo es más denso y hace que penetre más en los pulmones, que pueden absorber 2.5 veces más nicotina y 10 veces más dióxido de carbono que con un cigarrillo convencional.


Se considera que una hora de pipa de agua equivale a fumarse un paquete entero de cigarrillos.Además, se reportan estudios que han observado que basta una sola sesión para que se endurezcan las paredes de las arterias


¿Qué ocurre con el cigarrillo electrónico?

Es un sistema de inhalación, diseñado para simular y sustituir el consumo de tabaco. Los dispositivos utilizan una batería y una resistencia para calentar el denominado líquido de vapeo, que puede contener aromas. Se sugieren como una terapia de reemplazo para la nicotina, debido a su menor impacto sobre la salud.

Se ha llegado a afirmar que es un 95% menos dañino que un cigarro convencional. Además, algunos estudios sugieren que es puede ser el doble de efectivo que los chicles o parches de nicotina. Hasta el momento todo parece ir sobre ruegas, hasta que aparecen el “pero”.


Como no puede ser de otra manera, el cigarrillo electrónico tiene seguidores, pero también tiene detractores. Un problema es que comienzan a utilizarlos personas que nunca habían fumado. Otro problema radica en cuándo es el momento de cortar con el recurso.


Un estudio publicado en BMJ brinda algunos datos que nos pueden ayudar a sostener los anteriores argumentos. El primero que llama la atención es que el 20% de los adultos que lo usan para dejar el tabaco se mantienen usándolo un año después.


Otro problema es que alrededor de la mitad de los usuarios regulares son personas que han dejado de fumar, lo que me lleva a preguntarme quiénes componen la otra mitad. Al respecto, se ha llegado a argumentar que pueden ser una puerta de entrada al consumo de tabaco para los no fumadores. Sin embargo, según un artículo publicado en Addiction, esta hipótesis tiene escaso apoyo empírico.


Por último, la OMS invita a ser más cautos con su uso y a no confundirlos con los productos del tabaco calentados. Estos últimos, son altamente adictivos, pues calientan el tabaco para liberar nicotina.


La sociedad debe desalentar el tabaquismo con medidas concretas

Debido a su poder adictivo, tanto gobiernos como instituciones coinciden en que las medidas para desalentar el consumo de tabaco son fundamentales. Un ejemplo de ello son las leyes encaminadas a regularlo en espacios públicos. La prohibición de la publicidad es otro recurso, según datos de la OMS, puede contribuir a reducir entre un 7 y un 16% el consumo de tabaco. Aunque se señala que solamente 37 países han implementado completamente esta prohibición.

Se plantea que la subida de impuestos resulta otro medio eficaz para la reducción del consumo. La OMS señala que una subida de apenas el 10% reduce en un 4% el consumo en los países de ingresos altos y un 5% en aquellos de ingresos medios o bajos. También reconoce que solamente 32 países aplican impuestos altos al tabaco, que suponen un 75% del precio al por cajetilla.


Consideraciones finales

Sin lugar a duda el tabaquismo es un importante factor de riesgo para la salud.

El tabaco no solo puede matar a quien lo consume. Dentro de sus víctimas se cuentan más de un millón de fumadores pasivos por año, dentro de los que se cuentan 65 mil niños.


La nicotina es una sustancia altamente adictiva, comparable con la heroína y la cocaína. Debido a ello, mantener la abstinencia puede ser una tarea difícil. El malestar que provoca puede durar hasta 12 semanas y el mono aparece a las 8 horas el último cigarrillo.


El consumo de tabaco se ha reducido entre los adolescentes. Sin embargo, han aparecido otras formas de consumo que se perciben como menos dañinas o adictivas, cuando realmente no lo son.


Por último, aunque la sociedad implementa medidas concretas para su control, aun no son suficientes.


¡Feliz semana!




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