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Recuperación de adicciones: no sustituir un consumo por otro

Actualizado: 22 nov 2021




La recuperación de adicciones es un proceso que va más allá de dejar de consumir. No basta con apretar los puños y dientes para mantener la abstinencia. La persona que inicia este camino debe realizar un gran cambio interior. Algunos dicen que en recuperación se debe cambiar una sola cosa: ¡TODO!

Sin embargo, es un camino que cuesta emprender y, sobre todo, comprender. Existen personas que creen que su problema es solamente con una sustancia y no comprenden el riesgo que supone el consumo de otras.


Por ejemplo, alguien que padece un trastorno por consumo de cocaína podría pensar que puede beber alcohol. Cree que su problema es solo con la cocaína. ¡Nada más lejos de la verdad! El alcohol puede convertirse en un detonante que le facilite una recaída, pero también se puede convertir en un sustituto de su sustancia de elección.


En la Clínica Recal preferimos usar el término sustancia o comportamiento de elección. Este término tiene un carácter educativo, pues señala que el objeto del deseo y la compulsión puede variar. Con el consumo de la sustancia o comportamiento que generó la dependencia se tapa un vacío. Si ese vacío permanece, es probable que sea sustituido por otra sustancia. También puede ser sustituido por un comportamiento.


Debido a ello, no es poco frecuente que ocurra una sustitución de una sustancia por otra, de un comportamiento por otro, de una sustancia por un comportamiento y viceversa. No siempre son sustancias ilegales.


En nuestro centro hemos podido observar que, en ausencia de otras sustancias, se puede desplazar el consumo compulsivo hacia la comida o las relaciones. También pueden “aparecer” o exagerarse determinados problemas para demandar ciertos fármacos al equipo médico. A analizar estos procesos de reemplazo de consumos dedicaré este post.


Algo a lo que “engancharse”

“Un adicto siempre busca algo a lo que engancharse”, he escuchado en varios contextos. Aun hoy existe debate entre clínicos, académicos e investigadores sobre la existencia de una personalidad adictiva.


No es mi idea posicionarme en este tema, lo que sí es innegable es que las personas que desarrollan una adicción tienen un grupo de características y rasgos que son comunes. Aunque debo señalar que estas combinaciones no solo se observan en las adicciones, sino que pueden estar presentes en otras enfermedades mentales.


Por ejemplo, muchos adictos comparten una elevada impulsividad y compulsión. También las obsesiones o los pensamientos similares a las obsesiones son otra característica. A ello habría que sumar la presencia de estilos inseguros de apego o baja tolerancia a las frustración. Por último, las dificultades en el control de los impulsos contribuyen a la toma de decisiones que favorecen la obtención de la recompensa a corto plazo, a pesar de las consecuencias negativas a largo plazo.


La adicción habla de la dependencia a sustancias o comportamientos, pero también habla de una forma de relación. ¿Cómo se relaciona una persona adicta con su objeto del deseo? ¿Cómo se relaciona con el resto de las cosas importantes en su vida? ¿Cuál es la diferencia? ¿Quererlo todo y quererlo YA a cuántas áreas de su vida puede aplicarse? Esta y otras preguntas ilustrarán el camino para entender la anterior afirmación.


Mientras no se trabaje el estilo de relación la esencia de la adicción permanecerá intacta. Por eso, la recuperación es un proceso lento que debe orientarse hacia un cambio de actos, hábitos y actitudes.


Reemplazar la sustancia de elección

En etapas tempranas de la recuperación es común que exista conciencia de que es necesario mantenerse abstinente de la sustancia de elección. Sin embargo, aceptar la idea de que se deben evitar otras sustancias o comportamiento no queda tan claro. Otro ejemplo muy sencillo se da en las personas con un trastorno por dependencia al cannabis. Entienden que deben abstenerse de consumir porros, pero no ocurre lo mismo con el CBD.


¡Qué difícil resulta a veces explicar a una persona que padece alcoholismo por qué no debe tomar una cerveza 00! ¡Qué decir de las bebidas energéticas para alguien que se quiere recuperar de una adicción a estimulantes! También incluimos en esta lista conductas como ligar, uso de pornografía o videojuegos como comportamientos con los que se puede sustituir una adicción. La lista es larga, pero la realidad nos ha devuelto al centro muchas recaídas de personas que han seguido esos caminos.


Un reciente análisis que revisó la evidencia de casi 70 investigaciones realizadas desde 1932 hasta 2018, encontró que hay dos tipos de reemplazos: temporales y a largo plazo. Los temporales se realizan cuando no es posible obtener la sustancia de elección, mientras que los reemplazos a largo plazo ocurren cuando un consumo es funcionalmente sustituido por otro.


Ambos reemplazos pueden afectar el proceso de toma de conciencia del problema y cambio, pero los a largo plazo pueden dar una falsa idea de recuperación. Por ejemplo, suelen ser frecuentes la sustitución de alcohol por sedantes o de heroína por alcohol y sexo.


Por ejemplo, escuchamos a personas con patrones muy disfuncionales de consumo decir “yo superé mis problemas con las drogas”. Para ellos el alcohol “no es una droga” y el sexo compulsivo “no es un problema”.


En el caso de los sedantes, “son medicamentos que prescribe un médico”. El abuso de psicofármacos es un gran problema en España y con un sistema de atención primaria tan colapsado no es difícil obtener una receta contando la historia adecuada.


¡Un poco de picante, por favor!

Los reemplazos responden a una función de compensación para manejar la abstinencia. Los temporales más orientados hacia el manejo de la abstinencia fisiológica y los a largo plazo hacia la abstinencia psicológica. El sistema de recompensa necesita ese “subidón” y busca formas para obtenerlo. Esto es solo una hipótesis, pero no carece de sentido.


Debo decir que los reemplazos temporales se pueden dar estando en activo. Si embargo, incluso en un centro libre de sustancias los pacientes encuentran muchas formas de compensar. Puede ser con algo tan sencillo o inocuo como poner más picante en la comida.


No se trata de prohibir el picante, sino de usarlo como una herramienta terapéutica para confrontar al paciente con la necesidad de compensación. De forma similar ocurre con el inicio de relaciones amorosas entre internos. El estímulo de hacer algo prohibido y placentero sirve para poner a cien al sistema de recompensa.


Otros refieren que logran esta función de compensación a través de la masturbación. Muchas veces reconocen que lo hacen con más frecuencia, sin mucho deseo, pero que les resulta muy relajante. Este patrón suele aparecer mayormente en hombres, luego del primer mes de tratamiento residencial. Durante las primeras semanas el efecto suele ir en una dirección completamente opuesta.


A modo de conclusión

El reemplazo de un consumo por otro es muy frecuente en personas que sufren la enfermedad de la adicción. A menudo suele ser una vía para lograr la abstinencia de la sustancia que han identificado como causante del problema.


Existen personas que creen que su problema es solamente con una sustancia y no comprenden el riesgo que supone el consumo de otras. Debido a ello, es frecuente que ocurra una sustitución de una sustancia por otra, de un comportamiento por otro, de una sustancia por un comportamiento y viceversa.


Entender la sustancia o el comportamiento que ha causado el problema como de elección resulta un concepto muy educativo. Ilustra que esa es la que se ha elegido, pero que se pueden elegir otras.


Entender la adicción como una forma compulsiva de relación que la persona manifiesta en varias áreas de su vida resulta un elemento clave. Este estilo de relación compulsiva y de consumo se puede desplazar a otros objetos de deseo.

Los reemplazos del consumo responden a una función de compensación para manejar la abstinencia. Los reemplazos temporales orientados hacia el manejo de la abstinencia fisiológica y reemplazos a largo plazo hacia la abstinencia psicológica. El sistema de recompensa necesita ese “subidón” y busca formas para obtenerlo.


Los reemplazos a largo plazo pueden dar una falsa idea de recuperación de adicciones. Muchas personas podrían decir “yo superé mis problemas con la droga”, cuando realmente lo que han hecho para estar abstinentes de una sustancia es desplazar el consumo hacia otras drogas o comportamientos.

Entender este problema y trabajarlo desde un punto de vista terapéutico resulta fundamental para la prevención de recaídas.


¡Feliz semana!

Boris C. Rodríguez Martín PhD.






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